
¿Cómo es el aerogenerador más grande del mundo?
marzo 5, 2025Los aerogeneradores son fundamentales para la producción de energía limpia, liderando el sector eólico año tras año la generación procedente de fuentes renovables. Aunque los beneficios de estas infraestructuras son incuestionables, es importante considerar otro aspecto: todos los componentes que conforman el aerogenerador tienen una fecha de caducidad (la vida útil de un aerogenerador oscila entre los 20 y los 25 años).
Esto implica la necesidad de disponer de una solución eficaz e integral para la valorización del 100% de los elementos que componen un aerogenerador, basada en criterios de la economía circular, orientada a la máxima retención del valor contenido en productos y materiales y con un alcance global completo, que se inicia con los diferentes partes del aerogenerador en el parque una vez desmontados y finaliza cuando los materiales reciclados son reaprovechados como materia prima en diferentes sectores industriales.
Por supuesto, la eliminación en vertedero no debería ser considerada en ningún caso como alternativa de gestión, ya que todos los materiales presentes son potencialmente valorizables, si bien se requiere de plantas de reciclaje con la tecnología adecuada. Este hecho es especialmente importante en el caso de las palas de aerogenerador.
En este sentido, en 2021, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) estimaba que en España había alrededor de 290.500 toneladas de palas en funcionamiento, muchas de las cuales estaban cerca de alcanzar el final de su vida útil. En 2023, solo en España se contabilizaron más de 1.370 parques eólicos, de los que se calcula que 36.600 toneladas de palas tenían ya más de 20 años y 4.500 toneladas más de 25. Para 2030, se espera que estas cifras aumenten significativamente, con unas 173.000 toneladas de palas superando los 20 años de antigüedad.
Recuperar aerogeneradores
Una de las estrategias para mejorar la eficiencia energética y reducir el impacto ambiental es la repotenciación, a través de la cual se mejoran las infraestructuras existentes instalando aerogeneradores más modernos, en menor cantidad, y que producen más energía. No obstante, conlleva la necesidad de gestionar o reciclar los componentes que se han quedado obsoletos.
A pesar de que en un futuro esto podría suponer un problema, si la repotenciación se concentra en un espacio reducido de tiempo, también puede verse como una oportunidad para la industria. Las palas de los aerogeneradores están formadas mayoritariamente por composites como la fibra de vidrio y resinas, pero dependiendo del tipo de pala puede encontrarse también fibra de carbono.
ENERGYLOOP ha desarrollado una propuesta de gestión integral para la industria eólica, que comienza tras el desmantelamiento, a través de diferentes trabajos in situ en el propio parque eólico hasta el aprovechamiento de las materias primas recicladas en diferentes sectores industriales.
Se trata de un modelo basado en la innovación, adaptativo, con la generación de empleo verde de alta especialización, que contribuye a mitigar la huella de carbono de la industria eólica, y sobre todo, está centrado en la creación de valor.
La planta de reciclaje de ENERGYLOOP se encuentra ubicada en el Polígono Industrial de Cortes (Navarra) y ya está autorizada para la recepción y almacenamiento de palas y otros residuos de composites. Aunque ya ha comenzado la recepción de palas, procedentes de la repotenciación de dos parques eólicos de Albacete y otros operadores del sector, se espera que en breve alcance una operatividad del 100%.
La nueva vida de las palas
Las palas de los aerogeneradores pueden transformarse en la base para muchos tipos de nuevos productos, ya que a través de ENERGYLOOP se consigue la creación de valor a través de la obtención de materiales reciclados para su aplicación en diferentes sectores como el de la energía, el aeroespacial, el automovilístico, el textil, el de la construcción, el del mobiliario o el químico.
Por ejemplo, las palas antiguas pueden servir como materia prima para fabricar cementos o construir vigas de carga para estructuras. También se pueden emplear para productos más tangibles para el consumidor final, como mobiliario urbano o de oficina e incluso parques infantiles con estos restos.
Otros posibles usos incluyen la creación de barreras acústicas, reservas de agua, torres de telecomunicaciones, atenuadores de olas, gradas, firme de carreteras o hasta techos de naves y viviendas, como consta en un estudio la AEE.